Amigate con tu hogar

Sin saber por qué, a veces notamos como en nuestra casa hay “algo” que no termina de funcionar. Que algunos espacios son “incomodos” y no se trata tan sólo de una “sensación”, a veces hay situaciones que requieren un estudio más profundo. 

El Feng Shui brinda la información necesaria para sanar el hogar, las relaciones, el entorno, sanar a nosotros mismos. A través del Feng Shui se puede lograr mejorar la calidad de la energía presente en el entorno, para crear equilibrio, bienestar y armonía, vivir plenamente.

Debemos hacer de nuestra casa nuestro lugar en el universo, debe ser nuestro templo, nuestro refugio y nuestra protección. Por esta razón debes saber que la mejor casa para ti es la que estas ahora. ¡TU CASA! 

¿Sabías que las personas eligen su hogar según las deficiencias y virtudes que tienen en los distintos ámbitos de su vida? pensarás…. elijo la casa que puedo o que quiero vivir, pero en realidad no es tan así, terminas eligiendo la casa que refleja tus carencias y tus virtudes y lo haces inconscientemente. ¡Nuestra casa nos habla! Nos muestra todo aquello que debemos trabajar, simplemente debemos saber interpretarla para poder crecer junto a ella.

Cada hogar nos brinda un Presagio. ¿Qué es mi Presagio? Es el propósito que se me otorga al habitar ese hogar. Los Presagios, en el Feng Shui, son extraídos del libro I CHING, el libro de las mutaciones, y se conforma con el trigrama de cada persona y el trigrama de la puerta de acceso del hogar de dicho individuo, muestra mediante una parábola el propósito del individuo que habita o habitará esa casa.

Por todo lo expuesto anteriormente debemos amigarnos con nuestro hogar y entender por qué suceden tales o cuales situaciones en él y por consiguiente en mí. En la filosofía Feng Shui, somos un todo con nuestro espacio: nosotros transformamos el espacio y él nos transforma a nosotros.

¡Debemos hacer que nuestra casa sonría! ¿Cómo?

Tres reglas básicas para comenzar a armonizar tu hogar: 

• Todo en mi casa está vivo: debemos ser conscientes de cada objeto que tenemos dentro de nuestro hogar, si nos representan, que nos transmiten, cuidemos lo que tenemos en él.

• Todo intercambia energía: cómo está nuestra casa refleja cómo estamos nosotros. Todo lo que nos rodean es nuestro reflejo, y serán equilibrados y armónicos, así como nosotros mismos seamos. Tu casa sonríe con la limpieza y el orden diario, con los aromas que le pongas al hogar, con una linda bandeja de frutas en la cocina, con una música que nos guste al despertar.

• Todo es transformación: Si cambiamos nuestra casa nosotros también cambiamos. Tu casa también sonríe cuando le quitas peso, bultos que ya no usas y que asfixian tu hogar. En la medida en las que nuestras prioridades cambian, la casa tiene que cambiar con ella. Negar el cambio es producir estancamiento.

Entonces cuando llegues agotado del exterior a tu hogar, a tu refugio, ¡tu casa te sonreirá!